8 de marzo: 8 Mujeres que cambiaron la historia de la automoción.

Cuando hablamos del mundo del automóvil, tendemos a asimilar este como un ámbito fundamentalmente masculino. A pesar de que las cifras indican que el número de mujeres que tienen presencia dentro de este sector es considerablemente inferior al número de hombres, a lo largo de la historia podemos encontrar a grandes mujeres cuya osadía, ingenio y capacidad de liderazgo supusieron una revolución dentro de la industria del motor.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, en Alquiber hemos querido ofrecer un espacio a ocho mujeres que desempeñaron un papel clave en el desarrollo del mundo de la automoción y ofrecerles, así, un reconocimiento a la altura de sus grandes aportaciones.

1.- Bertha Benz.

Bertha Benz fue la primera mujer en realizar el primer viaje en automóvil de la historia. Gracias a ella, hoy los automóviles son el principal medio de transporte para miles de millones de personas.

El marido de Bertha, Karl Benz, fue el inventor del Motorwagen, uno de los primeros vehículos impulsados por gasolina. No obstante, parecía mostrar una profunda desconfianza hacia su creación. Por su parte, Bertha, quién sí confiaba en la gran revolución que suponía el Motorwagen, decidió tomar las riendas del asunto y embarcarse en una arriesgada aventura con el fin de demostrarle a su marido que su invento tenía el potencial para cambiar el curso de la historia.

De esta manera, una calurosa mañana de agosto de 1888, Bertha Benz decidió  despertar a sus dos hijos para proponerles un viaje a casa de su abuela, a 109 km de su lugar de residencia. Sin avisar a su marido Karl, cogió el Motorwagen, que hasta ese momento solo se había probado en recorridos de poca distancia y, con la ayuda de sus hijos, lo empujó fuera de la finca familiar.

Así, Bertha y sus dos hijos emprendieron la marcha hacia su destino, eludiendo la ruta más rápida y eficiente, decididos a pasearse por los pueblos más populares de la zona, lo que implicaba que el viaje fuese más largo, pero se transformó en una maravillosa campaña de marketing para los vehículos Benz.

Este viaje atrajo de forma considerable la atención de la prensa y los ciudadanos de la zona. Gracias a ello, la familia Benz comenzó a recibir pedidos y, poco años después, se convirtió en la mayor empresa fabricante de vehículos a nivel mundial.

2.- Sophie Scheller.

Sophie Scheller fue la mujer encargada de sacar adelante la empresa Opel durante 18 años, así como la responsable de que esta empresa decidiese dar el salto y sumergirse en la fabricación de automóviles.

Adam Opel, el fundador, comenzó las andanzas de la empresa fabricando máquinas de coser en 1862. Fue durante la década de 1880 cuando el negocio se expandió a la fabricación de bicicletas.

Tras la muerte de Adam en 1885, Sophie Opel toma el mando de la firma y tres años después decide inmiscuirse en la fabricación de automóviles al comprar la fábrica de Friedrich Lutzmann. Así, la Opel Patent Motor Car System Lutzmannn se convirtió en el segundo fabricante alemán de vehículos, detrás de Mercedes Benz. En verano de 1911, un incendio destruyó la fábrica. A partir de ese momento, la empresa decidió centrarse en la producción de automóviles y bicicletas, dejando de lado las máquinas de coser.

En 2016, Opel decidió honrar a esta pionera bautizando con su nombre al Sophie Opel Award, uno de los premios del festival de cine de la ciudad de Múnich, agradeciendo así su “pionera e inspiradora personalidad en la por aquel entonces joven industria de la automoción”.

3.- Mary Anderson.

En 1903, Mary Anderson patentó una versión primitiva pero funcional de uno de los elementos más importantes en la seguridad vial: el limpiaparabrisas.

Esta idea germinó como consecuencia de un bullicioso viaje que Anderson realizó a Nueva York entre 1902 y 1903. Aquel día nevaba de forma abundante y, durante el trayecto, el conductor del tranvía tuvo que detenerse en numerosas ocasiones para quitar la nieve del parabrisas, lo que convirtió el recorrido en una experiencia cuantiosamente arriesgada.

Fue tras este viaje cuando Mary Anderson decidió diseñar un dispositivo que permitiese limpiar la luna del coche sin necesidad de abandonar el habitáculo. Tras varios intentos, diseñó un artilugio que unía un brazo metálico con una lámina de caucho que arrastraba la lluvia o nieve al accionarlo con una palanca. Al accionar esta palanca, el brazo realizaba el recorrido por el parabrisas y el resorte lo devolvía a la posición inicial.

Finalmente, el 18 de junio de 1903, la inventora presentó este diseño ante la oficina de patentes, siéndole concedida por 17 años el 10 de noviembre del mismo año con el número 743.801.

4.- Dorothy Levitt.

No conformándose con ser la primera mujer británica en participar en una carrera de coches, Dorothy Levitt estableció el récord mundial femenino de velocidad, convirtiéndose así en la mujer más rápida de la historia. A esta impecable lista de logros personales también le podemos incorporar su entusiasmada actividad como defensora de los derechos de la mujer, así como el hecho de ser la persona responsable de inspirar la creación del espejo retrovisor.

Además de participar en el mundo del automovilismo deportivo, Dorothy Levitt pretendía fomentar el uso del coche entre las mujeres. Con este propósito publicó en 1909 La mujer y el automóvil: un manual amigable para todas las mujeres que compiten en automovilismo o desean hacerlo, libro en el cual apareció por primera vez la idea del espejo retrovisor.

Uno de los consejos que proporcionaba Levitt entre las páginas de este libro consistía en usar un espejo de mano para poder mirar detrás de ti mientras conducías un automóvil. En aquella época, lo conductores se veían obligados a girar la cabeza si querían comprobar si tenían algún vehículo detrás, lo cual suponía un evidente riesgo en la carretera. Fueron muchos los conductores y conductoras que decidieron seguir el consejo de Levitt hasta que, finalmente, el piloto de carreras Ray Rannoun colocó por primera vez un espejo en su coche cuando participó en las 500 millas de Indianápolis, lo cual supuso el nacimiento oficial del espejo retrovisor.

5.- Florence Lawrence.

Florence Lawrence fue una de las primeras grandes estrellas del cine, llegando a grabar unas 280 películas. Su gran fortuna supuso la posibilidad de financiar otra de sus grandes pasiones: los coches.

A Florence Lawrence le fascinaban los coches y la conducción. Gracias a que adquirió varios vehículos y tuvo la oportunidad de usarlos, pudo conocer las carencias que estos presentaban y tratar de solventarlas. Fue alrededor de 1914 cuando decidió incluir un artefacto en el paragolpes trasero. Se trataba de una especie de brazo con un banderín que se extendía indicando hacia dónde se iba a girar cuando el conductor pulsaba uno u otro botón. En el caso de pisar el freno, se desplegaba una señal de “STOP”.

Florence Lawrence no llegó a patentar estos inventos, ya que no se consideraba inventora. Tras sufrir una serie de daños graves en un incendio que se produjo en los estudios en los que trabajaba, se vio obligada a retirarse del mundo de la actuación durante un largo periodo de tiempo. Cuando trató de reincorporarse, únicamente consiguió papeles de actriz de reparto. Sus últimos años estuvieron marcados por la depresión y osteomielofibrosis. Finalmente, falleció el 28 de diciembre de 1938, a la edad de 50 años, por envenenamiento en su casa de Beverly Hills. Tan solo un año después, los fabricantes de vehículos comenzaban a incluir los indicadores de dirección.

6.- Clärenore Stinnes.

Clärenore Stinnes es conocida por ser la primera mujer de la historia en dar la vuelta al mundo en automóvil entre 1927 y 1929.

Clänerone nació en el año 1901, en la ciudad alemana de Mülheim. Fue piloto de carreras en el transcurso de los años XX, periodo en el cual logró sumar 17 victorias en competiciones en las que era la única mujer participante.

No obstante, lo que verdaderamente transformó a Clärenore en una de las figuras más célebres de su época fue el viaje que emprendió a lo largo de tres continentes a bordo de un Adler Standard 6. De esta forma, el 25 de mayo de 1927, Stinnes, junto con dos mecánicos y un fotógrafo que inmortalizaría la travesía en fotos y vídeos, decidió iniciar su ruta desde Frankfurt.

A lo largo de su agitada travesía, atravesaron un gran número de dificultades. Tras cruzar los Balcanes, el Líbano y Siria, tuvieron que enfrentarse a la arriesgada empresa de cruzar Siberia durante el invierno. En este punto, los dos mecánicos decidieron abandonar el viaje y emprender su regreso a Alemania.

Una vez superada Siberia y cruzado el desierto del Gobi, Clärenore Stinnes junto con su fotógrafo se dirigieron a la costa de China. Allí se subieron a borde de diferentes barcos y alcanzaron Japón, Hawaii y, finalmente, Lima.

En América Latina tuvieron que atravesar otra serie de obstáculos que ralentizaron su viaje. Tras atravesar Buenos Aires, América Central, Estados Unidos y Canadá, tomaron un ferry que los llevó de vuelta a Europa. Finalmente, la travesía llegó a su fin el 24 de junio de 1929 en Berlín. Ese mismo año, Stinnes publicó su diario de viaje Im Durch Auto zwei Welten (en español: En auto a través de los continentes: 1927-1929), donde recoge su periplo.

7.- Margaret A. Wilcox.

Margaret A. Wilcox nació en Chicago, en el año 1938, y fue una de las pocas ingenieras mecánicas de su época. Además de inventar una máquina que combinaba el lavavajillas y la lavadora, a Margaret también se le atribuye la creación del primer sistema de calefacción para automóviles.

Con el propósito de mitigar el frío que sufrían los primeros conductores de automóviles, Margaret diseñó un mecanismo que redirigía el aire sobrante de los motores hacia la zona del conductor. Su prototipo, aunque innovador, presentaba algunos desperfectos, entre ellos, la imposibilidad de controlar la temperatura del aire. Este percance imposibilitó que su sistema fuese completamente viable, no obstante, fue la base del calentador moderno que integran los coches de la actualidad.

8.- Maria Teresa de Filippis.

Maria Teresa era una apasionada del mundo de la automoción desde temprana edad. Solía acompañar a su padre y a sus hermanos mayores a presenciar diferentes circuitos y carreras. Fue, precisamente, una apuesta con estos últimos por lo que decidió inmiscuirse en las carreras de coches.

Sus hermanos sostenían que nunca sería lo suficientemente rápida como para participar en una competición. Pocas semanas después, se estrenó con un Fiat 500 en los 10km de la Salerno – Cava dei Tirreni, donde salió proclamándose vencedora de su categoría. A partir de ese momento, comenzó a inscribirse en más competiciones, labrándose un nombre dentro del mundo de la automoción.

En abril de 1958, Maria Teresa debutó en la Fórmula 1 tras participar en el Gran Premio de Siracusa, en el cual ocupó la quinta posición, convirtiéndose así en la primera mujer en disputar de manera oficial una carrera de Fórmula 1. El 15 de junio de 1958 se convertía en la primera mujer en terminar un Gran Premio de Fórmula 1, tras participar en el circuito de Spa-Francorchamps en Bélgica, en el que terminó ocupando la décima posición.

Finalmente, la piloto se retiró del mundo de las carreras en el año 1959, con 33 años, después de que Jean Behra, amigo íntimo de Maria Teresa, falleciese mientras conducía su Porsche durante una competición. Maria Teresa falleció el 8 de enero de 2016, siendo una de las cinco mujeres de la historia en competir oficialmente en un Mundial de Fórmula 1.