Consejos para proteger tu coche de las bajas temperaturas

Cuando pensamos en el invierno, lo primero que se nos viene a la cabeza es un paisaje completamente blanco, con lagos helados y altos árboles vestidos por la nieve. Otra imagen también muy frecuente es la de un tronco de leña ardiendo dentro de una chimenea, cumpliendo con su cometido de aportar calidez a la estancia. No obstante, lo cierto es que el invierno implica otras realidades mucho menos amables, tales como manos agrietadas, narices enrojecidas y el sonido de los dientes al castañear. Y es que, si por algo destaca el invierno es por las bajas temperaturas que caracterizan a este periodo del año.

Al igual que nosotros empleamos bufandas, abrigos y capas de mantas para resguardarnos del frío y evitar que nuestra salud se deteriore, nuestros vehículos también merecen ser mimados cuando se encuentran expuestos a las bajas temperaturas. Es por ello que, en este artículo, queremos poner a vuestra disposición una serie de consejos para proteger vuestro vehículo de las perjudiciales consecuencias de exponerlos a las temperaturas más frías.

  • Utiliza una lona: Cuando no dispones de un garaje donde poder guardar tu coche, la mejor alternativa es emplear una lona que lo cubra completamente. Este dispositivo evitará la congelación de las piezas de tu vehículo y lo protegerá contra agresiones como el granizo. Además, existen modelos adaptables a todo tipo de vehículos, y resultan realmente fáciles de colocar gracias a la goma autoajustable que suelen llevar. También tienes la posibilidad de emplear una lona solo para la zona de la luna, la cual evitará que tengas que rascar el hielo que se forma sobre su superficie.
  • Protege los limpiaparabrisas: Si emplear una lona no entra en tus planes, otra alternativa consiste en dejar levantadas las gomas del limpiaparabrisas. De esta forma, evitarás que se congelen en la luna y resulten inservibles. También es importante revisar el líquido del limpiaparabrisas. Debes asegurarte de que no lo has rellenado únicamente con agua, ya que entonces se congelará muy fácilmente y no cumplirá su función.
  • Revisa la batería: La batería es uno de los elementos del coche más susceptibles al frío y es la principal causa de que, tras una noche de heladas, el coche no arranque adecuadamente. Para eludir este tipo de situaciones, debes comprobar la antigüedad de la batería y, si ha cumplido su vida media de uso, es mejor que la reemplaces al primer signo de agotamiento. Resulta importante saber que a partir de los 4 años las baterías pierden efectividad.
  • Comprueba los neumáticos: Con la llegada del frío, el aire de los neumáticos tiende a contraerse, por eso es recomendable comprobar la presión de las ruedas para reajustarlas a sus niveles óptimos. También es importante revisar el estado de la goma de los neumáticos, ya que en invierno las vías no suelen encontrarse en las mejores condiciones.
  • Examina el líquido refrigerante: Además de comprobar el nivel del líquido refrigerante, también es necesario cerciorarse de que no está caducado. Normalmente, el anticongelante se presenta como un líquido de un color vivo, pero si adquiere un color translúcido, ha perdido intensidad, o está ennegrecido, debes cambiarlo cuanto antes. Lo recomendable es vaciarlo y reponerlo todo de nuevo. El líquido del circuito de refrigeración puede congelarse a partir de -20ºC. Sin embargo, con el paso del tiempo va acumulando impurezas que hacen subir su punto de congelación. Por eso es aconsejable el purgado de circuito y la sustitución completa cada cinco años.
  • Revisa la calefacción: La calefacción de los coches funciona gracias a un radiador de tamaño pequeño. En ocasiones, la acumulación de residuos puede impedir su correcto funcionamiento, por lo que es aconsejable comprobar su estado de vez en cuando.
  • No fuerces las cerraduras: Cuando las temperaturas descienden considerablemente, el mecanismo de las puertas se puede congelar. Bajo ningún contexto debes aplicar la fuerza bruta para tratar de abrir el coche, dado que podrías dañar el mecanismo. En su lugar, utiliza alcohol o un secador de mano para abrir las puertas sin necesidad de forzarlas. También existen unos aerosoles lubricantes con los que podrás eludir completamente el problema.
  • Antes de iniciar la marcha, mantén el vehículo en ralentí: El frío afecta especialmente a los líquidos de tu vehículo. Si se inicia la conducción cuando el aceite, el líquido de dirección y el líquido de los frenos están aún demasiado fríos, se podrían dañar algunas piezas importantes. Antes de comenzar la marcha, mantén el vehículo en ralentí durante unos minutos para calentar toda su mecánica. Además, si tienes que dedicar unos minutos a quitar el hielo del parabrisas, lo mejor es que arranques el coche antes de empezar a rascar y pongas la calefacción para que las lunas se vayan calentando por su parte interior.
  • Utiliza accesorios: Existen una serie de accesorios con los que te resultará más sencillo combatir los efectos adversos del frío. Entre ellos, resulta más que aconsejable llevar una rasqueta para retirar el hielo de las lunas, así como algún producto descongelante para emergencias. También hay otra serie de accesorios que podrías necesitar como los guantes, las cadenas, una manta, un bote de aceite y combustible.