Cada 1 de noviembre tiene lugar la celebración del Día de Todos los Santos, festividad de origen cristiano que se remonta al siglo IX. La importancia de este día reside en brindar homenaje y memoria a todos nuestros seres queridos que ya no están con nosotros. En España, encontramos una gran variedad de dulces típicos del Día de Todos los Santos. En esta nueva edición de Newsletter os enseñamos alguno de ellos, con receta incluida.
Huesos de Santo
La primera receta que os traemos, son los famosos Huesos de Santo. La elaboración de estos dulces comenzó en el siglo XVII, con origen en Valencia. Cuenta la historia que un monje benedictino instauró la tradición de los Huesos de Santo para quitar protagonismo a la festividad pagana de los celtas, que celebraban ese mismo día su año nuevo. Actualmente, se preparan en toda la geografía española en dicha fecha.
Los ingredientes necesarios para preparar 20 Huesos de Santo son los siguientes:
- Para el mazapán: 200 g de azúcar, 100 g de agua y 150 g de almendra molida.
- Para el dulce de yema: 100 g de azúcar, 50 g de agua y 4 yemas de huevo.
Comenzamos por el mazapán, para ello realizaremos el almíbar en una olla a fuego fuerte donde echaremos el agua y el azúcar. A continuación, añadimos la almendra revolviendo muy fuerte hasta formar una pasta. Dejamos enfriar.
Para el dulce de yema, preparamos otro almíbar. Batimos las yemas de los huevos solas y añadimos poco a poco el almíbar mientras revolvemos. Lo echamos de nuevo en la cazuela donde se ha hecho el almíbar y lo ponemos al baño maría, revolviendo hasta que espese mucho. Hay que tener cuidado de que no hierva, ya que se podría cortar la crema. Dejamos enfriar.
Ahora ya toca hacer el montaje de los huesos: amasamos el mazapán y lo estiramos con el rollo de cocina sobre una superficie espolvoreada con azúcar glas. Cortamos tiras de cuatro centímetros y luego éstas en cuadrados. Enrollamos cada cuadrado en un palo de 1 centímetro. Pegamos la masa con los dedos para formar unos pequeños cilindros y las pasamos por azúcar glas. Las sacamos del palo, dejándolas secar y rellenamos con dulce de yema. ¡Y listo!

Buñuelos de viento
El buñuelo de viento es un dulce típico del día de Todos los Santos, y su origen es árabe. Diversos estudios apuntan a que surgieron en Almogía, un pequeño pueblo de Málaga, a finales de siglo XI, cuando el rey sevillano Mohamed ben Abad Al Motamid cercó la fortaleza de la ciudad. Como escaseaba la comida y la leña que usaban para los hornos, un panadero de la zona hizo recuento de vituallas y decidió preparar unas tortitas de masa de agua y harina; seguidamente las metió en los calderos de aceite hirviendo que se usaban para arrojarlos a los asaltantes, inventando así los buñuelos de viento.
Los ingredientes que se necesitan para elaborar cuarenta unidades de buñuelos son:
- 170 g de harina de repostería
- 3 g de levadura química
- 250 g de agua
- 50 g de mantequilla
- 2 g de sal
- 30 g de azúcar + glass para rebozar
- 4 huevos
- Aceite de oliva o girasol (para freír).
Empezamos tamizando la harina y la levadura. A continuación, vertemos el agua en un cazo y añadimos la mantequilla, el pellizco de sal y la cucharadita de azúcar. Lo ponemos al fuego hasta que hierva. Añadimos de golpe la harina (importante que sea toda la cantidad a la vez y rápido), bajamos el fuego y removemos hasta obtener una masa que se despegue de las paredes. Retiramos del fuego y dejamos templar. Fuera del fuego, vamos añadiendo los huevos de uno en uno, batiendo con unas varillas eléctricas. Obtendremos una masa lisa y homogénea. Dejamos reposar la masa una media hora. Calentamos aceite en una sartén y con dos cucharitas de café vamos formando bolitas que iremos friendo hasta que estén bien doradas. Si la masa está bien hecha, los buñuelos se darán la vuelta solos al irse inflando. A medida que los buñuelos estén listos, los iremos depositando sobre un plato recubierto con papel cocina, para que absorba el aceite sobrante. Los rebozamos en azúcar glass y servimos inmediatamente. Si los quieres rellenar, habrá que esperar a que se enfríen para hacerles un pequeño corte y llenarlos con lo que más nos guste (nata, crema, chocolate, …). Si te gusta la repostería y la cocina, esta es tu receta.
