En numerosos países del mundo, el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer con el fin de celebrar aquellos avances políticos, socioeconómicos y culturales que han alcanzado las mujeres a través de largos años de lucha. No obstante, este día, más allá de ser una mera celebración, es un día que sirve sobre todo para reivindicar y continuar peleando por erradicar toda la discriminación que sufren mujeres y niñas en diferentes ámbitos de su vida cotidiana.
El origen de este día se remonta a mediados del siglo XIX, en el desarrollo de la revolución industrial. Más específicamente, el 8 de marzo de 1857, cuando miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles de Nueva York con el objetivo de protestar por las míseras condiciones laborales, proponer un ajuste de la jornada de trabajo y para pedir el fin de la explotación laboral infantil. A partir de ese día, se desencadenaron toda una serie de manifestaciones, huelgas y movilizaciones cuyo único objeto era el de luchar por que se garantizasen los derechos de estas mujeres.
En Alquiber, con el fin de homenajear este día tan necesario, queremos ofrecer un espacio de reconocimiento y admiración a aquellas mujeres cuya trayectoria haya servido para inspirar el camino de muchos de nuestros actuales compañeros. Con este fin, os dejamos a continuación una serie de imágenes con sus respectivas historias que, aunque breves, esperamos que os entusiasmen tanto como a nosotras.
En primer lugar, Marina Leiva (Delegada de Santander) nos ha enviado unos retazos de historia de la hermana de su bisabuela.

“Era médico, hablaba francés y alemán y montaba a caballo. En definitiva, una adelantada a su tiempo”.
Por otro lado, Silvia Gutiérrez (Comercial de Bilbao) nos muestra el gran abanico que tiene de mujeres referentes.

“A principios del siglo XX, las mujeres no podían votar y todos los diputados eran hombres. Ante tantas injusticias, Clara Campoamor decidió presentarse a Diputada y ganó las elecciones.
En el congreso cada uno luchaba por su propio interés y sin pensar en los demás. Clara Campoamor luchó por hacerles pensar en las desigualdades y consiguió que las mujeres pudiesen votar”.

“Carolina Coronado y Rosalía de Castro: Después de hacer las labores durante todo el día, Carolina se quedaba a leer por la noche. Como todos los libros estaban escritos por hombres y para hombres, decidió escribir su propio libro para las mujeres. Para su sorpresa, su libro fue un éxito y animó a más mujeres a hacer lo mismo que ella.
Por otro lado, Rosalía de Castro era una escritora de poemas en gallego. Gracias a ella, la sociedad empezó a plantearse la normas sociales, puesto que demostró que se podía escribir en otra lengua que no fuese el castellano y que igualmente se podía tener éxito”.

“Por supuesto, no podíamos faltar nosotras, que junto a nuestros compañeros trabajamos día a día en conjunto para sacar el trabajo adelante”.
Laura Beleña (Administrativa de Valencia) ha querido aprovechar este espacio para dedicarle unas palabras de profunda admiración a su madre.

“Aunque no sea muy original y sea lo típico, mi madre siempre ha sido para mí todo un referente. Ella, aun sin saberlo, me enseñó de feminismo, de empoderamiento, de sororidad, de autoconocimiento, de independencia, de solidaridad… Y es que ella, a sus 70 años, ha pasado por episodios muy duros.
Su fuerza, resiliencia y su visión de la vida han sido pilares fundamentales para ser la mujer feliz que es hoy en día. Es toda una inspiración para mí”.
Por último, Isaías Lucas (Autorizaciones) nos trae esta bonita historia sobre su hermana.

“Tengo a varias mujeres importantes en mi vida, como a mi madre, mi hija y a mi hermana Marisa. Sin embargo, le quería dedicar este homenaje a mi hermana Ana, mi héroe.
Y digo que es mi héroe porque es así, literalmente. Cuando tenía 6 años, me escapé de casa porque era muy travieso y caí en un desagüe de una fábrica que tenía una turbina en funcionamiento que tragaba agua. Ella, que tenía 11 años, al ver que no estaba salió a buscarme, y cuando me vio se tiró corriendo para salvarme porque a mí no me quedaban fuerzas. Gracias a sus gritos, vino un señor y nos sacó del desagüe.
También ha sido la persona que siempre me ha acompañado cuando he tenido un problema, fuera la hora y el día que fuera, dándome los mejores consejos.
Hace unos 8 años le detectaron un cáncer de colon muy avanzado. En la primera operación que le realizaron nos dijeron que nos despidiéramos de ella porque lo más seguro era que no lo superase. La sorpresa fue de los médicos cuando, al quitarle la bata para operarla, llevaba un cartel pegado a la tripa en el que ponía: “pase lo que pase os quiero a todos con toda mi alma”. Al final todo salió bien, sigue con su lucha, pero siempre animándonos a todos e incluso, a veces, acude al hospital a ayudar a enfermos de cáncer.
Otra cosa que quiero comentar sobre ella es que es una estudiante extraordinaria. Se sacó todo el EGB y el bachillerato con matrículas de honor, y fue la primera de su promoción en la universidad en Filología Inglesa y Árabe.
Hace un par de semanas también se graduó en la carrera de alemán y, como no podía ser de otra manera, con sobresaliente.
Todos los fines de semana me acompaña a andar porque dice que está muy a gusto conmigo. Lo único malo que puedo decir sobre ella es que, en ocasiones, me pone la cabeza como un bombo porque habla por los codos, pero tengo que reconocer que hasta esa faceta de ella me gusta”.