El fin del periodo estival implica que el otoño se aproxima y, con él, también lo hacen las abundantes lluvias. Y aunque estas no nos suelen parecer un gran inconveniente cuando nos encontramos refugiados en nuestros hogares, arropados por el calor que regala una gruesa manta, mientras vemos algo entretenido en la televisión y escuchamos el repiquetear de las gotas golpeando con suavidad las ventanas; sí que pueden suponer una notable dificultad a la hora de coger el coche y enfrentarnos a la carretera.
La probabilidad de sufrir un accidente de tráfico cuando llueve incrementa en un 70% ya que, además de perder visibilidad, también disminuye la adherencia de los neumáticos al asfalto. Con el fin de garantizar que disfrutes de un trayecto seguro, te proporcionamos una serie de consejos para reducir los riesgos de conducir bajo la lluvia.
Antes de coger el coche:
Es importante comprobar que todos los elementos del vehículo se encuentran en buen estado, poniendo especial atención en algunos puntos clave:
- Los neumáticos: Es fundamental mantener los neumáticos en buen estado, especialmente cuando llueve. Los neumáticos deben tener los canales del dibujo con la profundidad requerida para poder evacuar con efectividad el agua sobre el que pisan. También es importante mantener los neumáticos hinchados a una presión adecuada. Cuando conducimos bajo la lluvia, cuanto mayor sea la profundidad del dibujo del neumático respecto a su origen, mayor será la capacidad para evacuar el agua y reducir las probabilidades de que se produzca el efecto aquaplaning.
- Amortiguadores: El estado de los amortiguadores es esencial para conducir con seguridad nuestro vehículo. Unos amortiguadores en mal estado no sujetarán con suficiente firmeza la carrocería y, por tanto, no permitirán que el vehículo reaccione adecuadamente ante un movimiento brusco.
- Frenos: Cuando la calzada se encuentra mojada, la efectividad de los frenos disminuye y la distancia de frenado incrementa. Por ello, es importante que los frenos, pastillas, discos y la presión del circuito de frenado estén en las condiciones adecuadas para que la seguridad no se vea alterada, y más cuando la calzada está deslizante.
- Limpiaparabrisas: El mayor riesgo que implica la lluvia es que la visibilidad del conductor se ve alterada. Asimismo, las gotas de agua que se pegan al parabrisas distorsionan la luz y reducen el rendimiento visual de quien conduce. De ahí la importancia de que los limpiaparabrisas estén siempre en buen estado. Es necesario ejecutar una revisión adecuada y periódica de este dispositivo, ya que la goma tiende a resecarse rápidamente y perder efectividad, reduciendo así la capacidad de barrido y comprometiendo la visibilidad. Además, el nivel del líquido del depósito del limpiaparabrisas debe ser óptimo, incluyendo algún tipo de anticongelante para limpiar la suciedad con mayor eficacia.
- Las luces: Las luces son de especial relevancia, no solo para facilitar la visibilidad al conductor, sino también para ser vistos por otros conductores. Cuando las precipitaciones son abundantes, es aconsejable poner las luces de cruce. Sin embargo, no se recomienda activar las luces antiniebla, ya que con el agua pueden crear reflejos cuya potencia lumínica perjudique la visibilidad de otros conductores.
- Sistema de climatización: En el interior del vehículo, el sistema de climatización debe de ser efectivo a la hora de eliminar el vaho que se adhiere a los cristales. Lo mejor para evitar que estos se empañen es abrir un poco la ventanilla y activar el aire acondicionado.
Durante la circulación:
Una vez hayamos puesto en marcha el vehículo, debemos adoptar una serie de precauciones:
- Modera la velocidad: Cuando llueve, es importante reducir la velocidad y adecuarla al estado de la calzada.
- Distancia: Debemos aumentar la distancia de seguridad, pues en el pavimento mojado se pierde adherencia, sobre todo cuando caen las primeras gotas y el agua se mezcla con el polvo de la carretera. Además, así también lograremos evitar el llamado “efecto spray”, es decir, evitaremos que otros coches salpiquen agua a nuestro parabrisas.
- Mantén la calma: Conducir mientras llueve incrementa la tensión del conductor. Por ello, es importante que, durante viajes largos, reduzcamos el tiempo entre parada y parada para descansar.

- Agudiza tu atención: La menor visibilidad exige una gran concentración. No pierdas de vista la carretera y el entorno: otros vehículos, peatones, etc. Así garantizarás una mayor capacidad de reacción.
- Evita el aquaplaning: Cuando las precipitaciones son muy abundantes, se crea una película con demasiada acumulación de agua para que los surcos de los neumáticos sean capaces de evacuarla al pasar por encima. Esto provoca que el coche se deslice sin ningún tipo de adherencia al pavimento sobre una capa de agua, perdiendo cualquier control sobre la dirección o el frenado. En estas situaciones, lo recomendable es reducir la velocidad alzando levemente el pie del acelerador y sujetar el volante recto y con firmeza. De esta manera, las ruedas volverán a entrar en contacto con el asfalto. No obstante, bajo ningún contexto se debe frenar ni variar la dirección del volante.
