A todos nos ha pasado alguna vez: te subes al coche, giras la llave o pulsas el botón de arranque y… nada. Un momento de frustración total. Aunque mantener el coche en buen estado, revisar la batería, aparcarlo en un garaje y echar gasolina antes de que el depósito esté bajo pueden ayudar a evitar sustos, a veces los imprevistos ocurren.
Hoy en día, con tanta electrónica y tecnología en los coches, muchas averías requieren ayuda profesional. Pero antes de llamar a la grúa, hay algunas comprobaciones que pueden ayudarte a identificar el problema o incluso a solucionarlo por tu cuenta.
1. Revisa las luces del tablero
Las luces de advertencia en el salpicadero pueden darte pistas sobre lo que está fallando. Si no se enciende ninguna luz, el problema suele ser el sistema eléctrico. Si ves algún testigo encendido, podrías estar ante un fallo específico del motor o del combustible.

2. Problemas eléctricos
Si el coche no hace nada al intentar arrancarlo, lo más probable es que sea un problema de batería. Llevar unas pinzas en el maletero y contar con otro coche para hacer un «puente» puede sacarte del apuro. También puedes probar a pisar el embrague mientras arrancas, lo que ayuda a calentar la batería, sobre todo en frío.
Otro posible culpable es el chip de la llave, que a veces falla y hace que el coche no la reconozca. Si al girar la llave no se escucha ningún ruido, el problema podría estar en los fusibles o en el motor de arranque.
Si sospechas del pedal del freno o embrague (implicados en el encendido), prueba a pisarlos y observa si las luces de freno se encienden. Si no lo hacen, ahí podría estar el problema.

3. Falta de combustible
Parece obvio, pero puede pasarnos a cualquiera. Revisa que haya suficiente carburante. Si ves manchas en el suelo, podría haber una fuga. Si el coche es diésel y no arranca, intenta insistir varias veces, ya que podría ser un problema con los inyectores.

4. Desgaste mecánico
Si el coche hace ruidos extraños al intentar arrancar, podría haber un problema mecánico. Golpes o crujidos pueden indicar que algo está fuera de sitio. Si el coche tiene muchos años, algunos componentes del sistema de arranque podrían estar desgastados.

Si después de estas comprobaciones el coche sigue sin arrancar, entonces sí, toca llamar a la grúa. Pero con estos consejos podrías ahorrarte el mal rato y solucionar el problema rápidamente. Y si no, al menos sabrás con qué te enfrentas cuando hables con el mecánico.